Introducción
La ablación esclerosante con espuma ha emergido como un tratamiento eficaz y seguro para las venas safenas y las várices superficiales. A medida que avanzan las técnicas, la ablación térmica se ha consolidado como un competidor relevante frente a la espuma, especialmente para el tratamiento de las venas safenas. Por su parte, la flebectomía ambulatoria compite con la escleroterapia para el tratamiento de las várices localizadas, especialmente cuando estas son de gran tamaño.
La escleroterapia, técnica utilizada desde hace décadas, ha evolucionado significativamente gracias a los avances tecnológicos. Hoy en día, los esclerosantes espumosos, con mayor potencia y mejor visibilidad a través de ecografía, se utilizan junto con técnicas de ultrasonido que optimizan la precisión del procedimiento. La escleroterapia, guiada por ultrasonido, ha permitido una mejor visualización anatómica, control hemodinámico y una administración precisa de la espuma, lo que ha mejorado los resultados generales del tratamiento.
Indicaciones y Eficacia
La escleroterapia con espuma se ha consolidado como una alternativa eficaz para el tratamiento de las venas anormales. Si bien es más efectiva en venas menores a 6-7 mm de diámetro, su éxito puede extenderse a venas de mayor tamaño cuando se emplea una técnica adecuada. Esta opción minimiza el dolor durante y después del procedimiento, y es generalmente más sencilla de realizar que otras técnicas alternativas. No obstante, la necesidad de repetir el tratamiento sigue siendo una consideración relevante.
A pesar de sus ventajas, la ablación térmica endovenosa y la ligadura y extirpación quirúrgica siguen siendo más frecuentes en los Estados Unidos para el tratamiento de las venas safenas, mientras que la escleroterapia espumosa se ha combinado con éxito con la ablación endovenosa con láser (EVLA). Para venas tributarias o várices localizadas de mayor tamaño, la flebectomía ambulatoria sigue siendo una opción válida.
La escleroterapia líquida, por otro lado, es la terapia de primera línea para las telangiectasias y las venas reticulares.
Contraindicaciones y Consideraciones Técnicas
Si bien la escleroterapia con espuma es un tratamiento altamente efectivo, tiene algunas contraindicaciones, especialmente en pacientes con trombosis aguda, antecedentes de trombosis venosa profunda (TVP) o alergias a los esclerosantes. Otros factores como la incapacidad para deambular o la dificultad para tolerar la compresión (en pacientes con enfermedad arterial periférica) también pueden limitar su uso.
Desde el punto de vista técnico, la escleroterapia requiere un conocimiento detallado de la anatomía venosa, que se clasifica en venas superficiales, profundas y perforantes. La ecografía dúplex es esencial para evaluar la anatomía y la hemodinamia del sistema venoso, permitiendo identificar obstrucciones o reflujo venoso.
Prevención de Complicaciones
La compresión posterior al tratamiento mejora la eficacia y reduce los riesgos de TVP y flebitis superficial. Existen estudios que sugieren beneficios adicionales al mantener la compresión hasta seis semanas, aunque esto debe evaluarse en función de la adherencia del paciente al tratamiento. Comúnmente, se recomienda una manguera de compresión de 20-30 mm Hg durante dos semanas, cubriendo la zona tratada.
Resultados Clínicos y Eficacia del Tratamiento
Diversos estudios han demostrado la efectividad de la escleroterapia con espuma, comparándola con otras modalidades de tratamiento. En un ensayo aleatorizado, se demostró que la microespuma de polidocanol no es inferior a la terapia quirúrgica para el tratamiento del reflujo de la vena safena. Además, un metanálisis reveló que la tasa de éxito de la ablación safena con espuma a los tres años es del 77%, comparada con un 78% para el stripping y un 84% para la ablación por radiofrecuencia (RFA).
En términos de resultados a largo plazo, se ha observado que la escleroterapia con espuma mejora la curación de úlceras en pacientes con insuficiencia venosa crónica grave. Sin embargo, en el tratamiento de las venas safenas, se ha recomendado la ablación térmica (ya sea con láser o RFA) en lugar de la escleroterapia con espuma.
Técnicas y Procedimientos
El método de escleroterapia más común es el de la técnica de Tessari, que implica la mezcla de un esclerosante líquido con aire en una relación gas-líquido de 4:1. Este método produce una espuma que debe inyectarse dentro de los 60-90 segundos posteriores a su preparación. Dependiendo del tamaño de la vena y la proximidad a venas profundas, se puede utilizar la guía ultrasonográfica para controlar la migración de la espuma y garantizar su correcta colocación en la vena objetivo. La inyección debe detenerse si se observa alguna ampolla o si la vena se llena completamente.
Conclusión
La escleroterapia con espuma es una opción terapéutica versátil y efectiva para el tratamiento de las venas safenas y las várices superficiales. Aunque el tratamiento sigue evolucionando, y existen alternativas como la ablación térmica, la técnica sigue siendo altamente valorada, especialmente cuando se emplean métodos de ultrasonido para guiar el procedimiento. Al igual que con otros tratamientos médicos, una adecuada planificación, monitoreo y educación del paciente son esenciales para garantizar los mejores resultados posibles.
Fuente: Ablación espumada de venas safenas y várices Técnica: escleroterapia con espuma, complicaciones